Sonata para flauta, viola y arpa, Op. 9c

La composición de esta Sonata estuvo inspirada en las sonoridades de diferentes obras de autores franceses. Siempre me cautivaron las sensaciones sonoras de la Introducción y Allegro para Arpa, Flauta, Clarinete y Cuarteto de Cuerda de Maurice Ravel, la Sonata para Flauta y Piano de Darius Milhaud o la obra para Arpa y Cuarteto de Cuerda Conts Fantastique de André Caplet. Pero, sobre todas estas composiciones, la Sonata para Flauta, Viola y Arpa de Claude Debussy fue un modelo a seguir por su forma y espíritu musical como mi particular homenaje a la música del compositor francés. En el primer movimiento, 'Confrontación', tras una breve introducción se 'confrontan' dos temas de carácter bien diferenciado, que configuran una clara forma sonata: el primero, muy romántico y apasionado, con una armonía poliacordal, el segundo tema, calmo y sosegado, sugerente, dentro de un sistema pandiatónico. Ambos dan paso a un desarrollo donde se vuelve a dar la confrontación entre el primer tema y el motivo de la introducción, para desembocar en el segundo tema transformado. En el segundo movimiento, 'Contemplación', de nuevo la forma sonata aparece con dos nuevos temas de carácter contrastante pero más pausados y contemplativos. Tras el desarrollo ambos temas se reexponen variados. En el tercer movimiento el arpa realiza una figuración en semicorcheas similar a la del 'Final' de la Sonata de Debussy, mientras que la flauta recuerda a la fanfarria inicial de Petrushka de Stravinsky, la cual da paso a un tema más melódico en la viola. El desarrollo desemboca en la introducción del primer tiempo, lo cual otorga unidad a toda la obra, dando paso de nuevo al tema inicial del movimiento en forma de cierre de la obra, a modo de 'Conclusión'. La obra fue escrita en el año 2000, y la presente versión en 2008, la cual está dedicada a Mª Rosa Calvo-Manzano.