Carmen Arroyo Martín / Pilar Del Campo Puerta
Hablar consigo en un diálogo interior es lo que hace la mayoría. Nada más lejos del desatino, es parte de la propia cordura para aliviar tristezas, disolver preocupaciones, disfrutar emociones o reírse de las ocurrencias que surgen en cada momento de la propia existencia. Hablar consigo es encontrar el camino de la solución; es poner la mirada más allá de las imágenes habituales, en el horizonte, en el cielo, perderse en las nubes y poder sentir un especial abrazo cálido, aunque corra el aire. 10