Liliana Cinetto / Martín Morón
El lobo sale una mañana a buscar comida por el bosque.La panza le hace ruido y se le notan las costillas depuro flaco. Lleva días y días sin probar bocado y sueñacon comer algo, aunque sea una galletita de agua. Y depronto la ve. Sola, rellenita, apetitosa. Sin nadie que laproteja. ¡Una oveja!El lobo se relame feliz por su buena suerte y se disponea comérsela, sin saber que empezará para él una pesadilla.Porque a esta oveja no la asustan las voces amenazantes,los largos colmillos ni las afiladas garras de los lobosmaleducados que no se bañan. Y, por supuesto, no estádispuesta a dejarse devorar. ¿Qué hará entonces el loboante una oveja que no le tiene nada de miedo?