Granada entre finales del siglo XIX y principios del XX.Para Modesto Lorite, uno de tantos míseros chiquillos del Albaicín, el porvenir tenía pocas expectativas hasta la aparición en su vida de Bertha Wilhelmi. La extraordinaria figura de esta mujer transformará toda su existencia con sus iniciativas sociales, aunque para nada en el sentido con el que se desarrollaron.Las colonias de verano en Almuñécar primero, y el sanatorio antituberculoso de la Alfaguara después, serán los escenarios de su metamorfosis. 10